Betiri Olhondo
Betiri Olhondo es uno de los muchos poetas populares que concurrieron a los concursos de juegos florales que el mecenas Antoine Abbadia creó y financió a partir de 1851. No se conoce ninguna otra composición de este autor ni se tiene noticia alguna de su vida, por lo que algunos estudiosos afirman que se trata de un seudónimo, probablemente de J. B. Elizanburu.
Antoine Abbadia nació en una rica familia de origen irlandés. Astrónomo y geógrafo, hizo numerosos viajes, y a él se atribuye la exploración de Etiopía. Retirado al País Vasco, de donde era su madre, llevó una holgada vida de patriarca del folklore y de la lengua vasca. Aunque de tema impuesto y muy poco transparentes en su funcionamiento, sus concursos supusieron una transición del poema improvisado y anecdótico al poema de pretensión literaria.
EL MARINERO
Betiri Olhondo , 1863
Sobre una loma
Cubierta de robles,
Mi morada está en un bello paraje,
Vivo en un palacio de aire,
¡Son incontables sus puertas y ventanas
También sus troneras!
¿Cuántos pasillos?... ¡Muchas grietas!
¡No hay peligro de que me haga daño el sol !
Tengo salud
Y propiedades...
En el mar atunes, en el cielo grullas...
De San Juan de Luz hasta América
Por todas partes se extienden
Mis campos,
Mientras haya grano no parará mi molino,
¡Nunca me falta agua!
Para pasear,
Para distraerme,
Hay un barco a mi servicio.
De quién es y a dónde va
Es algo que no me incumbe.
En esas cosas
No me pierdo los días de trabajo,
Mucho menos cuando es fiesta.
Morir en tierra
O en el mar,
A fin de cuentas es lo mismo.
Si mi alma está en paz,
Que me entierren en el vientre de un pez
¡A mí qué me importa!
El buen marinero vive contento así.
¡Tengo sed! ¡Pasad la botella!
Traducción: Koldo Izagirre
Versión original: MARINELA
© Betiri Olhondo
© Traducción: Koldo Izagirre