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GORRION PARISINO
(1930)
PAISAJE DE LAS ESTACIONES
(1930)
EL HUMO DE LA CASA
(1932)
Xabier Lizardi
(1896-1933)
Aunque muerto prematuramente, este poeta dejó una importante obra como prosista y como impulsor la poesía lírica. En sus versos tiene especial importancia el detalle de la naturaleza, que es el reflejo del ánimo del poeta. Trabajó su poesía como un orfebre de la lengua, buscando siempre la concisión expresiva y el trazo exacto. Si bien a veces su primera lectura resulta difícil, en sus poemas siempre surgen hallazgos deslumbrantes. Imitado por muchos y por nadie igualado, Lizardi abrió la puerta de lo que más tarde sería la renovación de la metáfora.
CANCION DEL VASCO VIAJERO
Xabier Lizardi , 1931
Al preclaro Don Miguel de Unamuno,
en comunicación de nuestra insolente audacia.
INVITACION AL VIAJE
Dulce voz de mi pueblo,
blanca esposa de mi mente:
dame tu delicada mano,
ven suavemente,
dejemos por un tiempo el País Vasco.
FLOR SILVESTRE
Hermosa es nuestra fecunda lengua,
hermosa, ciertamente, cubierta de helecho:
¡ojalá pronto extraigas, Poeta,
de la flor silvestre, miel,
y del bosque, esencia vasca!
Y si así fuese la voluntad de Dios
como es ferviente deseo mío,
¡surja cuanto antes el creador
del Poema cumbre,
vasco en fondo y forma,
de nuestro pueblo!
LENGUA UNIVERSAL
Pero yo, lengua campestre,
te quiero también para todo:
elevada en las alas del saber,
viejo el cuerpo, joven el espíritu,
fibra eterna bajo la pálida piel.
POR LOS CAMINOS DEL ENSUEÑO
No temas, mi Bienamada:
quiero sacarte de tu aldea,
mostrarte orgullosamente
por el mundo, porque nada hay
tan hermoso como tú.
Esposa fértil de mi mente,
el nuestro es un viaje nupcial.
Te pido, Señor, que al final de nuestro camino
nos otorgues, fruto del amor y de la inspiración,
muchos hijos de ojo limpio.
Mar sereno, azul pradera
de hierba igualada y linde redondo:
¡qué embrujo tiene tu amanecer!
Ahí aparece, esplendoroso,
el ágil disco que mide nuestra existencia.
Un archipiélago bajo el sol...
En la mar inmensa, una vela...
Refugio de árboles exóticos,
tamizado por azules lienzos.
Ahí, quizá, reposaba Gerbault el solitario...
Hacia la cintura del mundo, amplios desiertos,
mortíferos arenales abrasados...
¡Cuántas veces vieron los ojos del viajero
plantas y fuentes en este aire:
pura arena cuando llegó a ellas!
Boguemos al país de los hielos,
quizá hallemos huellas de nuestros antepasados:
¡cuántas mareas
hicieron antaño,
impermeable al hombro y en la mano el arpón!
Blanca la tierra, negro el océano:
un pedazo de hielo es nuestra nave...
¡Divina soledad!
Una solitaria ave, alas desplegadas,
vuela hermana de las nubes...
Cantemos aquellas largas noches,
aquellos crepúsculos de rojo fuego...
¡Hombres viviendo bajo la nieve,
tierra improductiva,
tan diferente de nuestro País Vasco!
Grandes urbes, colmenas humanas:
ir y venir de locos,
inventiva, iniciativa,
agitado comercio.
¡Que nuestra capacidad de adptación sepa asimilarlo!
Asume todo cielo y todo clima,
y cántalo amorosamente...
Prepárate a cualquier requerimiento:
debes de ser capaz de expresar
el modo y el matiz de todos los humanos.
SUBLIMACION
Y si se agotasen los temas terrenales,
en alas que Sol no pueda derritir
(no como las de Icaro)
volemos juntos a los cielos,
hasta llegar a las estrellas azules.
Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre
Versión original: EUSKO BIDAZTIARENA
© Xabier Lizardi
© Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre