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PAISAJE DE LAS ESTACIONES
(1930)
CANCION DEL VASCO VIAJERO
(1931)
EL HUMO DE LA CASA
(1932)
Xabier Lizardi
(1896-1933)
Aunque muerto prematuramente, este poeta dejó una importante obra como prosista y como impulsor la poesía lírica. En sus versos tiene especial importancia el detalle de la naturaleza, que es el reflejo del ánimo del poeta. Trabajó su poesía como un orfebre de la lengua, buscando siempre la concisión expresiva y el trazo exacto. Si bien a veces su primera lectura resulta difícil, en sus poemas siempre surgen hallazgos deslumbrantes. Imitado por muchos y por nadie igualado, Lizardi abrió la puerta de lo que más tarde sería la renovación de la metáfora.
GORRION PARISINO
Xabier Lizardi , 1930
Gorrión, gorrioncillo
del centro de París:
¿ni la gritería de la Bourse
—asamblea de locos—
es capaz de intimidarte,
perfecto insolente?
Llegas directo
a la cúpula
de un foco apagado
comiendo una migaja robada:
de uno a otro,
ocupas los ángulos de su sombrero.
A cada salto,
una mirada al suelo:
¡menudo tunante!
No necesitas fijarte mucho
para volver hacia abajo,
y no para llevarte cáscaras sin grano.
Sentado en el café,
dueño de mi tiempo,
¿qué mejor entretenimiento
(no tengo ganas para otra cosa)
que divagar un poco,
sin devanarme mucho el seso?
Los cristales están empañados,
al igual que el tiempo.
En el interior,
en un rincón,
a tono con el ambiente,
sestean los mozos de blanco mandil.
Vaya, el gorrión vuela
de nuevo hacia lo alto.
Parpadea,
y sin dejarlo para luego,
engulle su botín.
Lanza una blanda propina... ¡y allá se fue!
Gorrión parisino,
¿en qué te diferencias
del gorrión de mi pueblo?
Por fuera eres pardo,
por dentro travieso,
y para que el parecido sea mayor... ¡no sabes francés!
Tan a sus anchas como aquél
en el viejo campanario
vive éste de inquilino
en la famosa Tuileri.
Apuesto a que, si lo trajese aquí,
el gorrión de mi pueblo no se cohibiría.
Sin embargo, el hombre,
queriendo ser cosmopolita,
¡qué pájaro tan torpe es!
Es inútil que se empeñe
yendo de aquí para allá:
fuera de su casa siempre será un aldeano.
Resumiendo: viéndome
a mí mismo tan torpe
y tan paleto en París,
me quejé al cielo
haciendo constar
que prefería ser gorrión, y no hombre.
Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre
Versión original: PARISKO TXOLARREA
© Xabier Lizardi
© Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre