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Xabier Lizardi
(1896-1933)
Aunque muerto prematuramente, este poeta dejó una importante obra como prosista y como impulsor la poesía lírica. En sus versos tiene especial importancia el detalle de la naturaleza, que es el reflejo del ánimo del poeta. Trabajó su poesía como un orfebre de la lengua, buscando siempre la concisión expresiva y el trazo exacto. Si bien a veces su primera lectura resulta difícil, en sus poemas siempre surgen hallazgos deslumbrantes. Imitado por muchos y por nadie igualado, Lizardi abrió la puerta de lo que más tarde sería la renovación de la metáfora.
EL HUMO DE LA CASA
Xabier Lizardi , 1932
Hermosa es la paloma en vuelo,
hermoso el haya en el monte...
Más hermoso es el humo
sobre los rojos tejados.
Si veo un humo azulado
cuando voy por el bosque,
¡qué gran alegría
sentir presencia humana!
Al poco, una gallina al camino,
un sembrado recostado en la ladera:
amplia casa de rojas tejas
y ante ella un nogal.
Allí hay calor, allí hay vida...
Allí hay gritos de niños jugando...
A la noche, junto al hogar,
el premio del trabajo diario...
Ven, amada mía,
pronto seremos el uno para el otro:
¡Soñemos! En el cielo brilla
la estrella del atardecer.
El día de bodas,
pavos sobre la mesa...
Y sobre el tejado, en volutas,
un humo tan azul como el firmamento...
Desde la ventana veinte caseríos,
adorno de la montaña.
Algunos se divisan completamente,
otros sólo a medias.
Pero de todos ellos humean
volutas azules...
Sospecho que el cielo
está hecho de estos humos.
* * *
Ayer murió mi amada,
en la sala está su cadáver.
Por la ventana abierta, sólo monte;
la brisa trae un aire de sol...
Hermosa es la paloma en vuelo,
hermoso el haya en el monte...
Más hermoso es el humo
de los vivos sobre las casas.
Cruel agorero es el cuervo,
convidado de la muerte.
De la casa de mi amada
tan negro como él... ¡el humo!
Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre
Versión original: ETXEKO KÊA
© Xabier Lizardi
© Traducción: Xabier Lizardi / Koldo Izagirre